Imagen Peregrina y Cruz
Diana Hernández 3 de agosto 2014
Qué hermosa la Cruz de la unidad y cuanto simboliza nuestro ser schoenstattiano, como lo revelan las palabras del Padre en Dachau. Esa es parte de nuestra historia del primer siglo de nuestro movimiento; es bueno recordarlo, revivirlo.
Estoy convencida como misionera de la Campaña de la Virgen Peregrina, que junto a esa Cruz está la Imagen peregrina, aquella que Joao llevó durante 35 años, aquella que hoy miles y miles de Misioneros llevan al mundo.
Si hablamos de “ disposición misionera”, qué signo más elocuente que la Gran Misionera, la Peregrina, que como su nombre lo indica, camina, camina, camina, desde sus Santuarios para llegar al Pueblo a todo el Pueblo, pero especialmente al Pueblo de Dios excluido, necesitado, aislado, sufriente, allí donde Jesús está presente de una manera particular, en los más pobres, en los desposeídos y los invita a realizar el “circuito mariano”, como dijera nuestro querido P. Esteban Uriburu, volver a su Casa, al Santuario a agradecer todos los regalos recibidos.
Símbolo de Misión
Tenemos una Imagen Misionera, que no la presentamos para el Centenario como algo nuevo, o algo que queremos descubrir, sino como nuestro símbolo de Misión. Como todo en Schoenstatt la vida, la historia, nos habla. No hay más que salir a pasear con Ella y la gente se acerca, la toca, la mira, se persigna, la besa. Tantos y tantos testimonios: “ esta es la virgencita que me visitó cuando estaba en el hospital internado”, “esta virgen María visitó a mi hermana en la cárcel”; “ desde que la conocí mi vida cambió; tengo poco pero aprendí a compartir gracias a Ella”, “ vine a su casa para que me de la Virgen, mi hijo se suicidó, necesito que me abrace y me de la virgencita”, “ yo la llevo porque vos me decís, pero escribime el Padre Nuestro porque no me acuerdo como se reza”, Y miles de testimonios de tantos misioneros que ven su vida cambiar, darle un nuevo sentido, sentirse cobijados en el Señor y ser sus instrumentos para ayudar a otros.
Dice el Papa Francisco “ es indispensable prestar atención para estar cerca de las nuevas formas de pobreza y fragilidad, donde estamos llamados a reconocer a Cristo sufriente; los sin techo, los toxicodependientes, los refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos cada vez más solos y abandonados”,(1) Si nos detenemos a preguntar hay misioneros de la Campaña que tocan todas esas realidades dolorosas de nuestro Pueblo.
Es bueno utilizar el método inductivo, propio de Schoenstatt, de adentro hacia afuera, si tenemos un tesoro en nuestra vida, en nuestra historia, utilicémoslo; dio y da muestras probadas de instrumento de evangelización, la evangelización a la que nos llama nuestro querido Papa Francisco todos los días.
El Arte del Acompañamiento
Hay algo distintivo en esta Campaña de la Virgen Peregrina, es la misión permanente, todos los meses los peregrinos reciben su presencia, su Imagen; por ello permite “ el arte del acompañamiento”, nos dice el Papa Francisco en su exhortación apostólica “ La alegría del evangelio” “ más que nunca necesitamos hombres y mujeres que, desde su experiencia de acompañamiento, conozcan los procesos donde campea la prudencia, la capacidad de comprensión, , la docilidad al espíritu para cuidar entre todas las ovejas que se nos confían de los lobos que intentan disgregar el rebaño” Necesitamos ejercitarnos en el arte de escuchar, que es más que oir”.(2)
Esa es precisamente la preocupación en todas las reuniones de misioneras, cómo escuchar, cómo capacitarse para acompañar eficazmente a nuestros peregrinos.
No podría decir Imagen o Cruz, yo diría Imagen y Cruz; la Imagen Peregrina es el símbolo de Schoenstatt más conocido en la Iglesia, Pueblo de Dios. La Cruz corazón de la espiritualidad schoenstattiana.
Diana Cristina Hernández de Zunini
Campaña de la Virgen Peregrina de Schoenstatt
Santuario Madre y Reina del Pueblo. Paso Mayor.
Arq. Bahía Blanca
(1) Exhortación Apostólica “ la alegría del Evangelio” ( pag. 164)
(2) Exhortación Apostólica “ La Alegría del Evangelio” ( pag.133)
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