Peregrinación al Santuario Nacional Nuevo Schoenstatt


Juan Fabi – octubre 2018 — Hola queridas familias schoenstattianas. El pasado 6 de octubre participamos de una muy bonita y fructífera peregrinación al Santuario Nacional Nuevo Schoenstatt de Florencio Varela.

Son muchas las vivencias y conclusiones que podemos compartir de tan linda experiencia compartida. Podemos comenzar por el cobijamiento, gracia que otorga la Mater en el Santuario, donde nos sentimos todos realmente hijos y realmente hermanos, viviendo esa intimidad maternal y común unión que vibra en lo profundo, generando un clima de verdadero hogar. Estar en el Santuario es “estar en casa”, estar con Mamá y estar como familia unida.

A nosotros, como Foráneos (así se llama nuestro grupo de vida) María nos unió como familia, como hizo con el Padre Kentenich huérfano y abandonado. Tenemos la particularidad de que somos un grupo casi íntegro de matrimonios de afuera, que coincidimos en Bahía y en Schoenstatt, lo que nos ayudó a formarnos como familia, en nuestro núcleo familiar, pero también en comunión con otras familias en la misma situación. Cuando vamos al Santuario, vamos “a casa”, a la “casa común de todos”. Esa fue la experiencia vivida en esta peregrinación.

No olvidar que también hubo otros matices que estuvieron presentes: compartimos el viaje con misioneras de la Campaña de la Virgen Peregrina, con Jóvenes,  el día que fue un verdadero regalo, la charla en la Iglesia del Padre, la misa con los jinetes peregrinos que partían hacia Coronel Suárez, el conocer y compartir con otros peregrinos.

Nos fuimos con la idea de volver, para encontrarnos con Dios Padre, con nuestra Madre y con nosotros mismos.

Gracias por permitirnos crecer en la fe.

Foráneos Unidos por María.